viernes, 1 de julio de 2016

Tres velocidades en el marketing y los mercados

-->
Se ha hablado durante años, en el ámbito económico y político, de la “Europa de dos velocidades”, en otro ámbito, el del marketing y los mercados, se podría aumentar a tres esas velocidades, que parecen distintas cuando se observa el mercado y se conocen las conclusiones de algunos estudios. La tecnología aplicable al marketing digital tiene una velocidad, el enfoque que hacen las empresas, los ejecutivos o los profesionales a veces parece que tiene una velocidad distinta, y los consumidores, la parte más importante sin duda, tienen su  propia velocidad al respecto de sus necesidades y sus hábitos. No hay que exagerar la gravedad de que no exista uniformidad entre posibilidades tecnológicas, aplicaciones y satisfacción de los consumidores, pero sí que merece la pena observar algún detalle al respecto. Y alguna observación empieza a ser un poco añeja.
Lo más llamativo no es que en un estudio de IAB los profesionales de agencias y anunciantes reconozcan que el marketing digital debe ser mejorado. Probablemente incluso el marketing en su conjunto, y dada su dificultad no es sorprendente, deba ser mejorado o repensado al respecto, no ya de actualizaciones u obsesiones por estar al día o a la moda, sino al respecto de si se están siempre teniendo en cuenta fundamentos, tan simples y tan exigentes a la vez, como el de orientar las estrategias en función de los consumidores. Y cuando en una de las conclusiones de tales  estudios se observa, y se llama la atención, acerca de que aquello que más detestan los consumidores y usuarios de internet es algo que los profesionales consideran, según sus respuestas, como menos importante, algo no está bien. Se está rompiendo una cadena de valor del marketing, por lo menos se compromete seriamente su eficiencia. La tecnología, sus posibilidades de procesamiento de información y de comunicación ofrece, como decimos, cada vez más posibilidades, pero la  tecnología no funciona sola, ya lo sabemos, aunque a veces puede que se olvide.
Y en buena medida las pegas de los consumidores se pueden concretar en un viejo error heredado de prácticas abusivas y torpes y que tiene nombre, la publicidad “intrusiva”. Pero además no ayudan en absoluto las pegas acerca de respetar su privacidad, o tener la sensación de que los mensajes no son creativos, o se “cargan” con lentitud, o no están bien adaptados a la pantalla del “móvil”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario