Hay algo
que se impone como urgente más que como necesario, y es que cada empresa pueda
llegar a saber cómo se forma en su caso la actitud de sus potenciales clientes
hacia su marca. Por lo menos cada
empresa ha de intentar saberlo, nadie dice que sea fácil, también los
matemáticos diferencian entre problemas que se pueden resolver con
computadoras, problemas que no se sabe si se pueden resolver, y problemas más
complejos incluso. Lo último es sólo para recordar que estamos en el siglo XXI,
y no para desanimarse, en cualquier caso el valor intangible de una marca y su
relevancia en las decisiones de los clientes no es una ficción. Las matemáticas
conviene dejarlas para otro día, pero algo ayudan al procesar datos del
mercado, ingentes cantidades de datos.
La marea
de investigaciones de mercado sigue subiendo y se nos informa acerca de que se
confirma que las RRSS ocupan la mayor parte del tiempo cuando se usa el móvil,
y también parece ser que en YouTube la mayoría de las personas se
dedica a ver contenidos y menos a publicarlos, o que la combinación entre Facebook, Whatsapp e Instagram
llega a superar a YouTube, sin restar
importancia ni mucho menos a esta última
“red”. En la cruda realidad de este mercado parece ser también que se confirma que, aunque Twitter no alcanza sus objetivos de
negocio sí que es un modelo de comunicación e información en tiempo real. Ya se
sabe que las noticias han llegado a ser gratis, lo que está en discusión es el
valor de poner las noticias en su contexto real mediante un trabajo
periodístico especializado y profesional, en definitiva el problema de cobrar online por el análisis periodístico de
noticias que, como simples hechos, ya se conocen.
Pero la
cosa se pone fea cuando se dice que un porcentaje muy elevado de consumidores,
que se “informan”, compran e interactúan con las empresas y las marcas a través
de su dispositivo móvil, no va a volver a intentarlo con una marca que no ha
ofrecido una buena “experiencia móvil”. Ni que decir tiene que un link que lleva a una web “no mobile friendly” puede ser peor
que un callejón sin salida. Si el móvil es tan importante, que lo es, conviene
realizar el intento de saber si influye y cómo, o cuánto, en la imagen de la
marca. Aunque EE.UU. es el origen de muchos estudios, no sería extraño que no
pocos fueran aplicables a Europa, por lo menos hay que tenerlos en cuenta para
intentar ser más accesibles y amables con el cliente.
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