Un cambio “sustancial”
se ha diferenciado tradicionalmente de un cambio “accidental” por la propia
esencia de ese cambio. En cierto modo el cambio que han producido las redes
sociales en el marketing y los mercados no ha modificado la naturaleza esencial
del mercado, pero la profundidad del cambio en características y circunstancias
conocidas del marketing, lleva a
reflexionar algo acerca de las consecuencias habituales de lo que ha ocurrido
en los últimos años.
Se pierde de
vista a menudo que en la teoría y en la práctica las “redes”, o las “redes
sociales”, ya existían con anterioridad a lo que hoy se identifica clara y
directamente con las redes sociales en el entorno online. Ocurre también a menudo que pasa desapercibido el hecho de
que muchas de las cosas que la generalización de la tecnología digital y sus
aplicaciones comerciales parecen haber inaugurado son profundizaciones, eso sí
extraordinarias, en circunstancias y dificultades habituales del marketing.
La influencia
de unos consumidores en otros siempre ha existido, pero ha existido no sólo por la lógica de las relaciones
humanas, sino como factor comercial a tener muy en cuenta. Parece evidente que
las RRSS implican una progresión casi incalculable de las consecuencias de esas
influencias. Es así en todos los mercados pero puede considerarse que no es
exagerado que lo sea aún más en algunos mercados como el turístico. Las propias
características intangibles de los “productos” y servicios turísticos y, en
general, del mercado turístico, hacen que sea un sector comercial
particularmente afín al entorno online y la trama de comentarios y
recomendaciones entre consumidores y potenciales consumidores.
Se comenta por
estas fechas la
necesidad de no descuidar durante el verano la gestión de las
redes sociales por parte de las empresas, y se hace hincapié en que sectores
especialmente estacionales como el turismo han de poner un singular cuidado en
ello. No es una cuestión de oportunismo o, en el peor sentido, no es una
cuestión de “cortoplacismo”. Es una circunstancia estratégica en el más amplio
y grave sentido de la expresión. Es decir, se trata de tomarse muy en serio la
competencia con otras empresas, y las posibles reacciones de los clientes,
ahora y en el futuro.
Claudio Contreras
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