La
marca Madrid en alimentación y el punto de vista comercial del marketing: “M
producto certificado”
Ha
sido noticia recientemente la aparición de una marca más, una marca con sus
propias singularidades. El 30 de septiembre del presente año hemos leído en foromarketing.com una información bajo
el título: “Creada la marca Madrid en alimentación”. Por tanto, tenemos ante
nosotros una marca, un sector productivo y comercial y también un necesario
enfoque de marketing. Al leer la información nos surgen ciertas inquietudes
acerca del eventual mercado. Conviene tenerlas presentes siempre, pero con más
razón en el caso de una nueva y significativa marca.
Al
hablar de “inquietudes” hay que interpretarlas en este caso como expectativas
de éxito y factores que se han de considerar para lograrlo, en ningún caso como dudas o dificultades
irresolubles para la marca Madrid. Es cierto sin embargo que la palabra Madrid
ya es una realidad y, probablemente, una marca para determinados mercados. El
precedente de la marca es la primera cuestión que habría que plantearse si
tenemos en cuenta el punto de vista del conocido como “marketing de
percepciones”.
Se
ha dicho ya hace tiempo que la marca no es lo más importante sino lo único que
tiene una empresa o institución. Obviamente es una expresión con cierta
retórica para resaltar la relevancia de las marcas. Pero es una retórica
acertada, porque llama la atención acerca de la posible desorientación que un
marketing insustancial puede y no debe conllevar. Desde el punto de vista del
posicionamiento estratégico sabemos que también se ha afirmado, con cierta vehemencia
y por los clásicos del marketing, que el
lugar más importante del mercado es la mente del consumidor.
Una
de las consecuencias directas de que los resultados del marketing se decidan en la mente de los
potenciales consumidores, es que la competencia entre las marcas se resuelve a
partir de las percepciones reales que los consumidores tienen de las mismas.
Entre los objetivos que se han planteado para “M Producto Certificado”, está
certificar y distinguir por su calidad diferenciada a los productos
agroalimentarios producidos, elaborados y transformados en la comunidad
autónoma. Para lograrlo, y también mejorar el desarrollo social y económico de la
población rural, hay que tener muy presente a qué mercados estratégicos se va a
dirigir la marca. Cabe la posibilidad de que exista un posicionamiento previo
de la marca Madrid como ciudad, habría que matizarlo para abrir mercados a
productos rurales.
Si
en la misma información de referencia ya se habla de considerar la posible
relación entre la “marca-ciudad” y la “marca-país”, parece prudente considerar
también los matices que el ámbito rural y agrario aportan a la percepción de un producto de
calidad. Se trataría de comprobar la existencia previa de un posicionamiento de
Madrid, como ciudad, como región o como comunidad autónoma. También habrá que
considerar las potencialidades de un Madrid rural. Quizás los vinos de Madrid hayan
abierto en cierta medida una vía estratégica.
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