martes, 28 de octubre de 2014

Marca Madrid

La marca Madrid en alimentación y el punto de vista comercial del marketing: “M producto certificado”

Ha sido noticia recientemente la aparición de una marca más, una marca con sus propias singularidades. El 30 de septiembre del presente año hemos leído en foromarketing.com una información bajo el título: “Creada la marca Madrid en alimentación”. Por tanto, tenemos ante nosotros una marca, un sector productivo y comercial y también un necesario enfoque de marketing. Al leer la información nos surgen ciertas inquietudes acerca del eventual mercado. Conviene tenerlas presentes siempre, pero con más razón en el caso de una nueva y significativa marca.

Al hablar de “inquietudes” hay que interpretarlas en este caso como expectativas de éxito y factores que se han de considerar para lograrlo, en  ningún caso como dudas o dificultades irresolubles para la marca Madrid. Es cierto sin embargo que la palabra Madrid ya es una realidad y, probablemente, una marca para determinados mercados. El precedente de la marca es la primera cuestión que habría que plantearse si tenemos en cuenta el punto de vista del conocido como “marketing de percepciones”.

Se ha dicho ya hace tiempo que la marca no es lo más importante sino lo único que tiene una empresa o institución. Obviamente es una expresión con cierta retórica para resaltar la relevancia de las marcas. Pero es una retórica acertada, porque llama la atención acerca de la posible desorientación que un marketing insustancial puede y no debe conllevar. Desde el punto de vista del posicionamiento estratégico sabemos que también se ha afirmado, con cierta vehemencia y por los clásicos del  marketing, que el lugar más importante del mercado es la mente del consumidor.

Una de las consecuencias directas de que los resultados del  marketing se decidan en la mente de los potenciales consumidores, es que la competencia entre las marcas se resuelve a partir de las percepciones reales que los consumidores tienen de las mismas. Entre los objetivos que se han planteado para “M Producto Certificado”, está certificar y distinguir por su calidad diferenciada a los productos agroalimentarios producidos, elaborados y transformados en la comunidad autónoma. Para lograrlo, y también  mejorar el desarrollo social y económico de la población rural, hay que tener muy presente a qué mercados estratégicos se va a dirigir la marca. Cabe la posibilidad de que exista un posicionamiento previo de la marca Madrid como ciudad, habría que matizarlo para abrir mercados a productos rurales.

Si en la misma información de referencia ya se habla de considerar la posible relación entre la “marca-ciudad” y la “marca-país”, parece prudente considerar también los matices que el ámbito rural y agrario  aportan a la percepción de un producto de calidad. Se trataría de comprobar la existencia previa de un posicionamiento de Madrid, como ciudad, como región o como comunidad autónoma. También habrá que considerar las potencialidades de un Madrid rural. Quizás los vinos de Madrid hayan abierto en cierta medida una vía estratégica.

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