En la asignatura de Fotografía de segundo curso
de diseño nos enorgullece aprovechar nuestro laboratorio analógico y recuperar
el sentido de las fotografías como un objeto creado, algo más que una imagen
virtual que sólo existe en las pantallas para quedar luego como una serie de
unos y ceros en algún disco duro. Así entramos en un mundo material de
experimentación, que aunque a veces algo laborioso y lento, resulta siempre muy
satisfactorio. La magia de la fotografía, de la química y la física en nuestras
manos nos recuerda que no sólo valen las teclas, los ratones, las tabletas
gráficas y demás tecnología para retratar nuestra realidad, sino que además nos
obliga a aprender ejercitando nuestra memoria, nuestra atención, nuestro intelecto,
nuestra imaginación y nuestra creatividad. De la mente al objeto pasando por la
técnica. Qué difícil y qué bonito es hacer fotos sin saber lo que va a salir.
viernes, 23 de enero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario