La
realidad virtual no hay que empeñarse en subrayar que tiene un impacto
espectacular en la cultura contemporánea. Vale decir cultura, sociedad o
civilización, una “realidad” con apariencia de realidad y que va utilizándose
progresivamente es evidente que no es algo superficial ni, probablemente,
pasajero. No es una broma o una pedantería hablar de realidad con apariencia de
realidad, es una forma, entre otras, de ir al fondo de la cuestión. Y es una
cuestión que sabemos que sin duda está afectando a las estrategias de marketing
y que todo parece indicar que va afectar más, sólo que no está claro cómo. La
realidad virtual se maneja en un ámbito con profundas implicaciones
psicológicas. Como muchas veces ocurre las claves son, o serán, prever y medir.
Otra
cosa es poder, o saber, prever y medir resultados para las marcas. Muy diversos
mercados o categorías de productos y servicios hace un tiempo que hacen uso de
tecnología y experiencias VR, no sólo el mercado turístico o las marcas automovilísticas, pero
ni ha de quedarse en una innovación en la forma de los mensajes de promoción,
ni parece que, por la fuerza de los hechos, vaya a ser así. Probablemente
también, o posiblemente sólo, si no se avanza lo suficiente en investigación de
los efectos de la comunicación, la imagen de las marcas y las motivaciones de los
consumidores se vean seria y muy diversamente afectadas. Aunque la palabra
ciencia, o científico, suenen a veces a “electrocución”, prever y medir son
fundamentales en la investigación con alguna garantía de validez y fiabilidad.
Es de esperar, o por lo menos es deseable, que el progreso en investigación de
los efectos de la comunicación sea, si no parejo a los avances en realidad
virtual, sí notable para iluminar la forma de utilizar los recursos y, no se
olvide, competir con ellos y adaptarlos a cada mercado y estrategia de marca.
Puede
ocurrir que en algunas categorías de productos o servicios no sea tan adecuada
o necesaria como en otras la tecnología y las experiencias VR. O puede ocurrir
que si, como pasa demasiado a menudo, se produce un uso generalizado y abusivo
del mismo recurso tecnológico, lo más acertado sea, o no hacer lo mismo, o
estar al tanto de lo que está pasando antes de perder tiempo y dinero. En
general los cambios tecnológicos además de ofrecer nuevas posibilidades conllevan
nuevas incertidumbres, pero ha de ser para bien de las estrategias comerciales.
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