Es
posible que si se piensa en un canal, no se piense tanto en que pueda no ir de
principio a fin, sino en que, como tal canal, empieza y acaba, tiene un
recorrido que se hace, o se supone que se hace. Pero quizás esa idea de canal, involuntariamente,
introduce un virus que algo sí que puede perjudicar al empleo de los canales de
comunicación, o a la especulación acerca de su eficacia. Sólo los que estaban
presentes cuando Winston Churchill dijo aquello de “soy optimista, no parece muy
útil ser otra cosa”, pueden verificar si lo dijo así o de otra forma, o si lo
dijo con un tono u otro. Los demás hemos de confiar en el “canal” por el
que nos ha llegado esa información. Pero, en cualquier caso tampoco
hay que exagerar ese sano y positivo optimismo cuando se usan canales de
comunicación, por muy de actualidad que estén, o por muchos receptores
potenciales que puedan tener, en principio son sólo potenciales.
Si los
temas, los formatos o las técnicas que se utilizan no se afinan o perfeccionan
con cierta frecuencia, ni siquiera YouTube
puede conseguir que un mensaje de una marca, o su video, discurra por el canal
como si fuera agua por un canalón, algo más o menos parecido a la idea que nos
podemos hacer de canal, pero que funciona diferente. El agua no se va evaporar
como sí parece que se evaporan algunos
mensajes y objetivos estratégicos si se confunde YouTube con la televisión, o los espectadores de una televisión de
los años setenta, ochenta, noventa o del siglo XXI, el de las luces, pero de led, con los youtubers o, en su caso, con los influencers. Y lo que se sí se evapora, de forma en principio
imperceptible, es un presupuesto y algo probablemente peor, el tiempo idóneo
para desarrollar una campaña o para posicionar una nueva idea.
En
cuanto a las redes, también en principio se pueden imaginar extensas o amplias, pero los ya citados influencers o, un concepto más añejo como el de suscriptores,
aunque suene también a medios gráficos y añosos, son los que pueden convertir
una estrategia en algo más eficaz que hacer un poco de ruido, o muy poco, o
nada. Y puestos a echarle algo más de retórica al asunto, tampoco hay que
pasarse de optimistas y perder de vista que una red con agujeros no es una red que
proteja o comunique, ni siquiera es una red. En general los nuevos canales y
tecnologías aportan alternativas interesantes, pero tampoco hay que
sorprenderse si a veces hay algunos resultados o datos mediocres, o no hay resultados.
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