jueves, 26 de noviembre de 2015

Siguiente capítulo de una historia conocida

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Todo cambia rápido y este titular podría acaso expresarse mediante una pregunta, por tanto, mediante un recurso retórico más o menos frecuente. Se dice que Instagram crece, pero no así el engagement de los usuarios con respecto a las marcas que utilizan Instagram como recurso para acercarse a sus clientes. En la secuencia que consiste en llamar la atención, despertar interés, deseo y llegar a la acción que busca la marca, el emisor, en algún punto, e inevitablemente, muchas acciones comerciales se pierden o se desvían. Acaso sea el momento de dar por bueno que todos los canales de comunicación en los que se mezclan lo que es el interés genuino del receptor, y lo que son intrusiones comerciales que, en principio, ese receptor no esperaba o no deseaba, son canales cuyo ciclo de vida como recurso comercial incluye una maduración y un declive. Puede ser el caso de Instagram, se le llame canal o de otra forma, o puede no serlo  todavía y lo que muestran algunos datos no sea un real cambio de tendencia en cuanto al engagement.
Es menos discutible que se trata de un proceso conocido, la novedad de un medio, la inversión comercial y  la moda estratégica, los buenos resultados, después, los dudosos resultados, y la constatación realista de que no todos se benefician, o que no se benefician por igual, o que hay que reorientar las estrategias. La atención, la cantidad de atención que  cualquiera puede o quiere prestar a cualquier cosa, mensajes o lo que sea, ya sabemos que es algo sujeto también a una implacable “economía”, incluido este texto.  Así que se van sumando factores, y a veces datos reales, que tampoco son tan sorprendentes ni  extravagantes.
Pero quizás se deban hacer ciertas reflexiones acerca de quién emite cualquier mensaje o reclama la atención de los usuarios de una red social u otro recurso de marketing. Puede ocurrir que en algunos casos se ponga el carro delante de los bueyes, y hasta puede ocurrir que sólo haya carro y no se  vean los bueyes por ninguna parte, es decir que no haya marca, emisor con notoriedad e imagen, y en consecuencia no hay percepción real de quién dice algo o de si puede ser interesante. Algo así no ayuda a que ninguna acción estratégica tenga la suficiente eficiencia. El barómetro de branding de AEbrand muestra el interés de las empresas por dar importancia a sus marcas, pero otra cosa parece que podrían ser los recursos efectivos que se dedican a veces a desarrollar esos valores, intangibles, pero reales

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