Todo cambia
rápido y este titular podría acaso expresarse mediante una pregunta, por tanto,
mediante un recurso retórico más o menos frecuente. Se dice que Instagram crece,
pero no así el engagement de los usuarios
con respecto a las marcas que utilizan Instagram como recurso para acercarse a
sus clientes. En la secuencia que consiste en llamar la atención, despertar
interés, deseo y llegar a la acción que busca la marca, el emisor, en algún
punto, e inevitablemente, muchas acciones comerciales se pierden o se desvían.
Acaso sea el momento de dar por bueno que todos los canales de comunicación en
los que se mezclan lo que es el interés genuino del receptor, y lo que son
intrusiones comerciales que, en principio, ese receptor no esperaba o no
deseaba, son canales cuyo ciclo de vida como recurso comercial incluye una
maduración y un declive. Puede ser el caso de Instagram, se le llame canal o de
otra forma, o puede no serlo todavía y
lo que muestran algunos datos no sea un real cambio de tendencia en cuanto al engagement.
Es menos
discutible que se trata de un proceso conocido, la novedad de un medio, la
inversión comercial y la moda
estratégica, los buenos resultados, después, los dudosos resultados, y la
constatación realista de que no todos se benefician, o que no se benefician por
igual, o que hay que reorientar las estrategias. La atención, la cantidad de
atención que cualquiera puede o quiere
prestar a cualquier cosa, mensajes o lo que sea, ya sabemos que es algo sujeto
también a una implacable “economía”, incluido este texto. Así que se van sumando factores, y a veces
datos reales, que tampoco son tan sorprendentes ni extravagantes.
Pero
quizás se deban hacer ciertas reflexiones acerca de quién emite cualquier
mensaje o reclama la atención de los usuarios de una red social u otro recurso
de marketing. Puede ocurrir que en algunos casos se ponga el carro delante de
los bueyes, y hasta puede ocurrir que sólo haya carro y no se vean los bueyes por ninguna parte, es decir
que no haya marca, emisor con notoriedad e imagen, y en consecuencia no hay
percepción real de quién dice algo o de si puede ser interesante. Algo así no
ayuda a que ninguna acción estratégica tenga la suficiente eficiencia. El
barómetro de branding de AEbrand
muestra el interés de las empresas por dar importancia a sus marcas, pero otra
cosa parece que podrían ser los recursos efectivos que se dedican a veces a
desarrollar esos valores, intangibles, pero reales
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