A la hora de estudiar, un alumno debe de tener en cuenta varios aspectos para poder lograr sus objetivos y conseguir concentrarse para poder retener y entender mejor la materia a la que se enfrenta.
En primer lugar, hay que buscar un buen lugar, en el que la persona se sienta cómoda pero que no tan confortable que se le escapen las ganas de estudiar.
No importa si lo hace en un sitio como una biblioteca o en su propia habitación, pero debe saber situarse de la manera correcta.
Lo más importante en algunos casos es que no se oigan ruidos o haya demasiadas cosas con las que despistarse, así el alumno se centrará en su libro y se olvidará de lo demás. Son cada vez más las personas que escuchan música mientras tanto.
Antes de sentarse a estudiar hay que plantearse hasta que hoja o tema se pretende llegar en ese día. Eso ayuda a centrarnos y saber cuánto tiempo le podemos dedicar más o menos a cada parte.
Si al final del día se ha conseguido el objetivo, eso nos ayudará a sentirnos bien. Si sucede lo contrario, no hay que desanimarse, quizá la materia era más complicada.
También cabe mencionar los descansos. Aunque a veces pueda parecer que se pierde mucho el tiempo y más si queda poco hasta que te presentas a la prueba.
Basta con ser organizado y cada hora más o menos (a no ser que te encuentres en estado de máxima concentración)descansar unos cinco minutos poniéndose de pie y cambiando de sala.
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