viernes, 19 de diciembre de 2014

Información y entorno de los mercados

Información y entorno de los mercados

El nuevo reglamento nº1169/2011 que ha entrado en vigor para el etiquetado de los productos en la UE, puede entenderse también como un ejemplo más de cómo el entorno social y legislativo llega a influir en los mercados y el marketing.

Miles de empresas han tenido que actualizar la información acerca de alérgenos, datos nutricionales, fechas de congelación, origen de los aceites, aditivos, enzimas y otros aspectos de los productos. No es que el etiquetado de los productos tuviera poca información hasta la fecha, pero las tendencias marcadas por las exigencias sociales y culturales, y orientadas hacia disponer de referencias más precisas acerca de la idoneidad de los productos, obligan a las empresas a actualizar un aspecto también relevante en una “sociedad de la información”. Serán la propia dinámica de los mercados, y los distintos segmentos de consumidores las que desarrollen, para cada categoría de productos y sus marcas, una combinación singular entre el valor intangible añadido por el marketing de las marcas y los datos objetivos que ha de tener a su disposición cada comprador.

martes, 16 de diciembre de 2014

Estrategia de content marketing



En solomarketing.es se exponen estos días algunas orientaciones relativas a cómo llegar a los usuarios de forma eficaz mediante contenidos que elige la empresa, marca o institución. Se trata de una síntesis que no hace sino reforzar ideas claves del marketing y, en buena medida, es un ejemplo de cómo a veces la técnica no es sino ordenar de forma operativa algunos puntos de vista lógicos.
En “Cómo crear una estrategia de content marketing “ se resumen las orientaciones para el content marketing en función de la sintonía con los consumidores o ciudadanos en general, tiempos o ritmo de aparición de los contenidos, formatos o ilustración de los contenidos, elección de temas y, en su caso, especialización más o menos comercial de los mensajes. Es evidente que si de lo que se trata es de centrarse en el consumidor, desarrollar el marketing mix , satisfacer al consumidor o usuario y lograr un beneficio económico, el planteamiento es razonablemente convencional.
Se aconseja por ejemplo “conectar con los intereses de los usuarios”, no ha de resultar en absoluto sorprendente esta orientación, pero siempre pueden encontrarse matices curiosos incluso al enfrentar tareas habituales para el marketing. Recientemente también, Guy Kawasaki, presentado como un “gurú tecnológico” y primer chief evangelist de Apple, ha dicho que “el error es invertir en tratar de averiguar qué quiere el consumidor para darle lo que quiere, porque en realidad no lo sabe”. Lo ha afirmado en la última página de “La Vanguardia”, también disponible en su versión online por suscripción.
No cuesta comprender que en el mercado tecnológico algunas empresas pueden llevar la iniciativa con sus productos e ir tanteando el mercado hasta adaptarse de forma más bien rentable a intereses que presuponen que tienen los consumidores. Los hechos demuestran que en algunos casos es posible. Y precisamente las redes sociales son en la actualidad una referencia para tales empresas, para los productos y para las “historias” que puedan interesar a usuarios y potenciales clientes.
Si se consigue el acuerdo con los intereses de los usuarios los datos y los hechos muestran que las empresas e instituciones logran su premio en forma de leads, tráfico y conversión en clientes

jueves, 11 de diciembre de 2014

SER TU PROPIO JEFE


En estos tiempos de crisis, son muchas las personas que se plantean montar su propia empresa.
Hacerlo es relativamente fácil, en cuanto a papeleo, requisitos, tiempo, dinero, etc.
Desde hace muchos años existe en España la ventanilla única empresarial (VUE), que, como su nombre indica, se pueden realizar todos los trámites necesarios para crear una empresa: fiscales, seguridad social, autorizaciones, licencias, etc. Pero también ofrecen asesoramiento sobre el proyecto y las ayudas públicas existentes.
Una de las primeras cosas en las que hay que pensar sería qué forma jurídica vamos a elegir: autónomo o sociedad.
Autónomo significa que una sola persona es la dueña de la empresa, quien asume todas las responsabilidades, tanto jurídicas como económicas. Los trámites son menos a la hora de crear la empresa y de gestionarla posteriormente. Pero si tienen pérdidas responden con todo su patrimonio, tanto de la empresa como personal, y si tienen beneficios tributan por el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), cuyos tipos van, en 2015, del 20 al 47%, a partir de 60.000 euros de beneficio ya se aplica el 47%. Estos porcentajes van a ir reduciéndose en los próximos dos años para llegar a ser del 19 al 45%.
En cuanto a los seguros sociales, se paga mensualmente el 29,80% de un sueldo que se asigne el propio autónomo, que no tiene que ser real, lo que supone un mínimo de unos 300 euros al mes. Si el autónomo es primerizo y tiene menos de treinta años, se aplica una tarifa plana de unos 53 euros al mes, los seis primeros meses, que va ascendiendo en los seis siguientes y en el año siguiente hasta los 183 euros.
Si lo que se quiere hacer es una sociedad, los trámites son un poquito más largos, como por ejemplo, pasar por un notario para redactar una escritura de constitución y unos estatutos. Esa sociedad puede ser de varias personas, que es lo habitual, o de una sola, entonces se denominaría unipersonal.
La diferencia con los autónomos es que, en caso de pérdidas, solo se responde con el capital invertido en la empresa y en cuanto a los beneficios se aplica el impuesto sobre sociedades (IS), que es el 28% en 2015 y puede llegar a ser del 20% para las pequeñas y medianas empresas, obviamente más ventajoso que en el caso de los autónomos.
Los socios que trabajen en la empresa tienen que pagar la misma seguridad social que los autónomos.

Y para terminar, en estos últimos años ha aparecido la figura del falso autónomo, es decir, las empresas despiden al trabajador, le recomiendan que se haga autónomo, y le vuelven a contratar como tal para que haga la misma función que hacía antes, ahorrándose los seguros sociales. 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Cambio de perspectiva entre agencia y cliente


Cambio de perspectiva entre Agencia y cliente

Pertenecen a la historia particular de las relaciones entre agencias de publicidad y clientes anunciantes las diferencias de criterio acerca de cómo llevar el proceso de concepción, realización y difusión de las campañas. Intereses aparentemente distintos y distintos puntos de vista empresariales y profesionales a veces llevan a desencuentros más o menos serios. Nada que deba sorprender si se admite con realismo que se trata de trabajos complejos, muy especializados y  comprometidos con la búsqueda de eficacia en mercados muy competitivos y  también complejos.
Se puede hablar de intereses “aparentemente distintos” pero que en definitiva, y precisamente desde un punto de vista profesional, no lo son tanto. La palabra clave, o una de ellas, puede ser eficacia. Pero está claro que las dudas y las controversias llegan cuando hay que organizar cómo intentar ser eficaces y cómo medir la eficacia, y muy en concreto, cómo combinar la investigación, la creatividad y los resultados. En esta línea puede estar una buena parte del trabajo profesional y técnico tanto de agencias como de clientes anunciantes, pero no por ello hay que obviar la posibilidad de lógicas diferencias entre dos tipos de empresas que, sin embargo, están en el mismo barco. Y un poco de buen humor tampoco viene mal a veces.
En solomarketing.es encontramos estos días que la “Agencia B12” busca al “mejor cliente del mundo”. Es como si el conejo se hace con la escopeta y sale de caza. Se propone un formulario y algún requisito que se espera tenga el buen cliente anunciante. Nada que objetar al respecto. Como empresas serias, y con objetivos comerciales y profesionales, tanto las agencias como  los anunciantes pueden buscar sus mejores “socios”, porque en definitiva verse como socios es una posibilidad entre otras. Agencias y anunciantes tienen que enfrentar un considerable riesgo, y pensar y actuar a través de estrategias e ideas creativas agudas y dirigidas a una sociedad saturada de propuestas comerciales. La tipología de clientes descritos en unas viñetas que acompañan la información da juego, en el sentido del buen humor que en cierta medida viene bien para trabajar bajo presión, pero siempre con el mismo objetivo.